Jueves en Murcia, principios de mayo, lugar La Fica, horario prime time, escenario Estrella de Levante, una de las grandes bandas del Indie nacional y el deseo de comenzar el gran fin de semana musical de la región, pero no era parte del WARM. El concierto, espectáculo, golpe en la mesa, o como quieran llamarlo, de Vestusta Morla –junto a un muy infravalorado Jacobo Serra– era como esa visita a casa de unos amigos en la que te sacan unos sabrosos entrantes que te dejan a punto de reventar pero pensando “si esto es el aperitivo, no me pierdo la cena.”

10 años, han pasado 10 años desde aquel  larga duración de debut “Un día en el mundo” –casi medio disco formó parte del repertorio del pasado jueves- y la banda madrileña hacía en Murcia una de las primeras paradas de la gira que este año evitará festivales y se centrará en representaciones en solitario.

Para abrir el concierto Vetusta Morla traía a ‘casa’ al medio murciano Jacobo Serra, de madre murciana el manchego ha repetido con el ‘vetusto’  Juanma Latorre como productor de ‘Fuego Artificial’ tras su primera colaboración en ‘Iceberg’. Y este gran artista zigzaguea entre la delicadeza que le otorga una voz de calidad muy superior a los cánones del pop nacional, a una exquisitez instrumental  heredera de las bandas británicas a las que siempre ha seguido. Intentando sacudirse el apelativo del Beatle de la Mancha, el albaceteño ha ampliado su registro para dar entrada a otras influencias, un artista con todas las letras que parece costarle ser profeta en su tierra, o en su segundo casa, para ser más precisos.

 

 

El plato fuerte de la noche eran los tricantinos Vetusta Morla, en un momento dulce tras la publicación de ‘Mismo Sitio, Distinto Lugar’ que por supuesto fue un éxito de ventas tras su estreno.  El sexteto madrileño ha cuidado hasta el último detalle la producción del disco, los arreglos, el sonido y una instrumentalización al alcance de pocas bandas dentro del panorama nacional. Y ha querido trasladar eso a los conciertos, escasos grupos pueden presumir de una sonorización como la que nos regalaron el jueves por la noche, Ángel Sopena me recordaba también la impecable realización para las pantallas, y  una iluminación que hace de sus conciertos un espectáculo que no puedes vivir con los ojos cerrados.

 

 

En general el concierto fue memorable, veinticinco temas que incluían el últimos disco en su totalidad pero no dejaba de lado ninguno de los anteriores trabajos, para mí percepción el concierto demostró que Vetusta Morla juega en otra liga distinta a sus contemporáneos, pero al mismo tiempo dejó entrever que aún puede ir creciendo conforme vayan pasando fechas en la gira, los temas de las anteriores obras dejaban claro que los del último disco en la parte escénica aún están en pretemporada, bloques de canciones que incluían hits como Cuarteles de invierno, Maldita dulzura o Copenhague mostraban el rodaje propio de años de patearse escenarios. Pocos peros se puede poner a una banda que rozó la perfección en la sonorización, realización y sincronización,  Vetusta Morla ha comenzado una gira que probablemente termine de coronarla como mejor banda española del segundo decenio del siglo, al menos dentro de su género. Tras lo expuesto el jueves, pocas dudas hay de ese reinado. Se agradece que bandas así salgan de los festivales si van a arriesgarse en conciertos de más de dos horas. Tienen tantas canciones en su amplísimo repertorio que tras cantar 25 aún se echaron de menos algún tema mítico como Baldosas amarillas o Saharabbey road, pero es imposible incluirlas todas.

No os perdáis esta gira, espero poder volver a verlos este verano.