Este fin de semana se ha celebrado el festival Rock Imperium en Cartagena, un evento que ha pasado a tener tres jornadas en su segunda edición.

No soy dado a hacer críticas de los conciertos, me voy a centrar simplemente en una pequeña crónica de las dos jornadas -sábado y domingo- a las que pude asistir.

Por acabar con los puntos negativos, la verdad es que poco criticable en el Rock Imperium, tal vez -por buscar algún punto a mejorar- el horario de comienzo es algo precipitado, en unas fechas donde la probabilidad de altas temperaturas en muy elevada, colocar a los artistas a las dos de la tarde, es realmente muy poco atractivo. Por otro lado, en lo que nos afecta, el excluir a los principales medios online de la región de la posibilidad de mandar personal gráfico es algo que deberían replantearse, somos una parte básica del tejido culturar y damos visibilidad a la cultura regional desde hace más de una década.

Lo primero reseñable es la organización, un festival cómodo, sin agobios en los baños (excepto en los lógicos momentos punta), recargas en las pulseras o la atención en las barras ofreció siempre diligencia, siendo en su mayor parte ágil a la hora de acudir a ellas.

En lo referente a las bandas, la brutalidad que vivimos con la representación de Kiss eclipsó algunas de las actuaciones que se pudieron disfrutar. La banda liderada por Paul Stanley y Gene Simmons desplegó un amplio arsenal sobre el escenario, plataformas, tirolinas, pirotecnia, todo aderezado con muy buena música, dos horas de concierto, y un sonido que pocas veces se ve en festivales. Antes que los neoyorkinos pudimos ver a unos Lordi, que podríamos calificar de heroicos, sufriendo el sol de justicia con sus habituales disfraces, y a The Winery Dogs reventado el escenario con su rock progresivo.

El día anterior unos enérgicos H.E.A.T y los históricos Europe, lideraron el desembarco nórdico en el prime time del festival, pero el premio mayor era la presencia de Deep Purple, los padres del Heavy Metal estuvieron excelsos, una calidad instrumental sobresaliente de los de Ian Paice.

 

El Rock Imperium se ha doctorado en su segunda edición, ha puesto el listón muy alto, tanto en el cartel como en su desarrollo. Sólo se puede calificar al evento con un sobresaliente, veremos si son capaces de mantener el alto nivel mostrado hasta ahora, no lo van a tener fácil, ardua tarea tendrán al conformar una pléyade de artistas como la de este año, aún así estamos seguros que el Rock Imperium ha venido para quedarse, y lo hará como referente mundial de los festivales de rock. ¿Quién vendrá el año que viene? Se admiten apuestas.