Título: Magellano

Artista: Francesco Gabbani

Fecha de publicación: 28 de abril de 2017

Discográfica: BMG Rights Management (Italy) S.r.l.

Productor: Luca Chiaravalli

Género: Pop

Estamos en plena temporada eurovisiva. Cada uno de los cuarenta y dos países participantes en el concurso se preparan para la cita que les llevará este 12 de mayo a Lisboa, en la primera edición del festival que se celebra en este país.

Hoy vamos a dar un viaje a la pasada edición de Kiev 2017 para hablar de aquel quien fue el favorito del pasado año y el considerado potencial ganador. En contra de todo pronóstico, Francesco Gabbani, con su “Occidentalli’s Karma”, quedó en sexta  posición siendo destronado por Salvador Sobral, quien se llevó el primer puesto y, con ello, el micrófono de cristal gracias a su “Amar pelos dois”.

No obstante, “Occidentali’s karma” ha pasado a la historia de eurovisión como  uno de los platos fuertes de dicha edición. Una canción así se merecía un disco a la altura de este y Gabbani no fue para menos: Magellano, es el título del tercer álbum discográfico del artista italiano, ganador de dos ediciones consecutivas del Festival de Sanremo  en la sección de nuevas propuestas y en la sección general en 2016 y 2017 respectivamente.

El sonido de Francesco Gabbani tiene un aire festivo, con sonidos de pop y electropop. Con unas primeras escuchas al disco, nos podemos dar cuenta de que Gabbani no busca un trabajo profundo y filosófico, si no por el contrario uno que invite a bailar y a divertirse. Aun así, el cantante se hace este trabajo para realizar  crítica a la sociedad con temas como “Occidentali’s Karma”, “Amen” o “Pachidermi e papagalli” que buscan satirizar a la sociedad occidental actual.

De las pocas baladas del disco encontramos los temas “La mia versione del ricordi” y “Foglie al gelo”, tema que junto con “Susanna, Susanna” le dan un aire italiano clásico al disco.

En conclusión, “Magellano” es un disco enérgico, que muestra una extensión de lo que ya era “Occidentali’s karma” y que nos descubre a un Francesco Gabbani divertido pero crítico.