Parece absurdo, seguramente cualquier otra generación de la historia de la humanidad se reiría de nuestros problemas actuales, pero para las personas que vivimos en esta época debemos reconocer que estos últimos tiempos han supuesto un baño de realidad en nuestras vidas. Mascarillas, restricciones, confinamientos… Y la ausencia de relaciones, de interacción, abrazos, besos, de brindis con una estrella de levante fresquita. Tal vez el cartel este año era lo de menos, es probable que estuviera alejado de un festival que en su última edición juntó a Noel Gallagher’s, Two Doors Cinema Club, The Jesus and Mary Chain o Vetusta Morla entre otros, no obstante, era un cartel atractivo que combinaba presente y futuro con una clara apuesta por bandas que pueden ser cabezas de cartel en los próximos años. 

 Pasaremos muy por encima de los problemas de la primera jornada, somos bastante reticentes a hacer sangre en algunos momentos y entendemos que hasta el mejor escribano echa un borrón, las colas interminables para entrar o en los servicios de restauración tuvieron su contrapunto en el dinamismo en las barras o en los baños. El viernes la gestión de la entrada del público fue francamente mejorable, y así sucedió el sábado, en una jornada que desde primera hora los melómanos abarrotaron La Fica. La presencia de los cartageneros Arde Bogotá -curiosamente en el escenario ellesse abría la también departamental Mavica– junto a la ansiedad por tanto tiempo de ausencia hizo que el recinto presentara sus mejores galas desde el primer minuto.  

 Los grandes triunfadores de la primera jornada fueron Bastille con un gran directo que seguramente hubiera sido el concierto del Warm Up 2022 de no haber una segunda jornada. La gran sorpresa fue La Femme y la consolidación de unos Arde Bogotá como «escenario principal» en futuras ediciones. El retorno de Lori Meyers en plena forma es como ese viejo amigo que llevas tiempo sin ver pero sabes que cuando te reencuentras la fiesta está asegurada, María Arnal I Marcel Bages con un maravilloso directo confirmaba el premio que le dieron hace un par de años, el descubrimiento de Maren. Decepcionó algo -más por el sonido que por ella misma- Rigoberta Bandini que no obstante conectó con un público completamente volcado con ella y simplemente divertidísimo el directo de Ginebras. Una pena la coincidencia de Cupido con los británicos opacando una de las apuestas de este año, sólo pudimos ver las primeras canciones y nos gustó mucho. Mavica y Hoonine dejaron el listón de la región muy alto, dos enormes artistas que tal vez merezcan más reconocimiento. 

 En definitiva, la primera jornada dejó grandes momentos, problemas a solventar y esa vuelta a una normalidad que no por esperada y deseada dejaba de sorprender. Nunca, en los años que llevo acudiendo a La Fica -tanto al extinto SOS como al actual WARM UP! Estrella de Levante– recuerdo tener la impresión de tanto público y durante tantas horas en el recinto. Este viernes dejamos a un lado estos dos últimos años y volvimos a ser felices.