La cabra mecánica, proyecto bajo el que saltaba al panorama nacional el músico Miguel Ángel Hernando Trillo “Lichis, es posiblemente unos de los “grupos” más desconocidos e infravaloradas de este país. No hay duda que todo el mundo conoce “La lista de la compra”, “No me llames iluso” (Canción que el propio “lichis”  no se cansa de afirmar y clamar a los cuatro vientos que fue un error realizar), o las que representan algo mejor el espíritu del proyecto: “Felicidad” y “La fábula del hombre lobo y la mujer pantera”. Pero “la cabra” es mucho más, muchísimo más.

 

Corría el año 1999 y en España empezaba a ponerse de moda el mestizaje y la música fusión, pero pocos estaban acostumbrados a los virajes y saltos entre estilos que predominan en los discos de “La cabra mecánica”. Si ya “Cuando me suenan las tripas” fue un puntazo de disco en el que “Que te follen” era una balada con la mejor de las intenciones o “Camellos de derechas” un canto al optimismo, “Reina de la mantequilla” un tango duro y desgarrador, y canciones como “Mi única riqueza” y “Arroz con ajo” sonaban en Los 40 habitualmente (o por lo menos así lo recuerda este que escribe)… Lo mejor estaba aún por llegar.

Vale que con cada disco se daba un giro de tuerca a la esencia del proyecto. Pero, sin duda, “Cabrón” es un disco único con una personalidad arrolladora y que, desde luego,  ha envejecido muy dignamente. Aunque su creador ande ahora a salto de mata entre el country, rock sureño y brit pop (veremos con qué nos sorprende y asombra próximamente), en aquel momento se marcó un redondo en el que pasabas de unos riffs de guitarra afilados (Fiesta Rave) a un tema con un toque flamenco (Agua), de temas tan indescriptibles (e hipnotizantes) como “Canción protesta” a baladas “autodestructivas a lo Bob Dylan” (Palabras de gasolina), temas con marcado carácter pop como “Drip pop” u “Odio” (el cual podría ser un himno generacional en los tiempos que corren).

Casi nadie rebatirá que “Lichis” es un experimentadísimo músico y un instrumentista consagrado, además es un espectacular letrista y cada corte este LP  hará disfrutar a todos y cada uno de aquellos que se paren a disfrutar sus palabras.

Sea como fuere, como tantas cosas en la vida, no obtuvo el reconocimiento que se merecía y tampoco triunfó a nivel de ventas, quedando como un grato recuerdo de otra época y otro proyecto musical.

Casi 20 años después de su salida, el que suscribe estas palabras vuelve a decir: Tienes que escuchar este disco.