Hace ya unas semanas que acabó la octava temporada de la popular serie de AMC “The Walking Dead”, que desde la temporada anterior (la séptima) viene dejando fríos incluso a los más fanáticos de la serie (entre los que una vez me incluí) y que repite jugada en esta última temporada. Es por ello que hoy voy a comentar y a comparar ciertos aspectos del comic con la serie que tantas temporadas nos ha dado ya, siendo unas muy buenas y otras desastrosas.

AVISO: Este artículo puede contener SPOILERS. Si eres fan de la serie o el comic y todavía no vas al día, te recomendamos que seas cuidadoso a la hora de seguir leyendo.

El primer punto a comentar es, cómo no, Rick Grimes, protagonista de de la serie y el cómic y alrededor del cual sucede la historia. Rick era un policía de pueblo que, tras ser herido en un tiroteo, entra en un coma del cual no saldría hasta varias semanas después, despertándose en medio de un apocalipsis zombi. Motivado por la idea de encontrar a su familia, Rick emprende un viaje que cambiaría su vida para siempre, dejando atrás a aquel policía para convertirse en un líder capaz de todo por su gente y en un superviviente implacable a la hora de acabar con sus enemigos.

La interpretación de Andrew Lincoln en el papel de Rick Grimes es excelente, llegando al punto de ser de esos actores que consiguen hacer suyo a un personaje concreto y difícilmente de alguien más, y en lo que a la historia se refiere, se muestra de una manera bastante fiel la evolución de Rick a lo largo de la serie, pasando de ser un idealista que afirmaba no matar personas, a un superviviente curtido capaz de asesinar sin pestañear a todo aquel que ponga en riesgo la seguridad de su grupo, del cual se convierte en líder.

A pesar de que en los cómics, cualquier atributo relacionado con la violencia se multiplica considerablemente, en el caso de Rick alcanza un equilibrio adecuado entre lo requerido por la serie y lo mostrado en las historietas originales. (SPOILER DE LOS COMICS)  Si bien se omiten ciertos sucesos que cambiarían drásticamente a Rick o que pondrían a prueba su cordura, como la amputación de su mano por parte del gobernador, sus conversaciones telefónicas con su esposa asesinada o el papel de su hijo Carl como regulador de la conducta cada vez más despiadada del policía; mientras uno ve la serie, estos detalles pasan de largo sin que sintamos que deberían estar allí, ya que la evolución de Rick está presente en todo momento, con cada nuevo reto que se le presentan a él y a su grupo. (FIN DEL SPOILER)

 

El siguiente punto a comentar es el relleno, el insufrible relleno que la mayoría de series sufren junto con la lentitud a la hora de narrar los capítulos y que en la mayoría de los casos, aportan poco o nada a la historia (aunque haya excepciones). Esto incluye tanto personajes olvidables o de poca relevancia como arcos argumentales ridículos, poco entretenidos y exageradamente lentos, que ha sido el principal de los males de estas dos últimas temporadas.

Podríamos justificar hasta cierto punto varias decisiones a la hora de incluir rellenos o reducir la velocidad de las tramas con el hecho de que “The walking Dead” adapta un cómic, una obra mensual inacabada que avanza lentamente pero que va al grano, y si algo está demostrado en el mundo del entretenimiento es que una adaptación alcance al medio de publicación original es fatal, ya que las historias se ven obligadas a coger rumbos distintos, se desligan del medio original, recurren a  finales rápidos, etc. Sin embargo, esto tiene un límite, un  límite que alcanzaron en la temporada 7 y que sobrepasaron en la temporada 8.

(SPOILER SEXTA TEMPORADA HASTA LA OCTAVA) Después de que se introdujera a batazos al final de la sexta temporada al que prometía ser el mejor villano de la serie, el temible Negan, quien en uno de los momentos con mas carga emocional de la serie acaba con dos de los miembros más importante del grupo de Rick; pasa a ser el eje de dos temporadas que fácilmente puede verse como la más pura expresión del aburrimiento (lo que, contra todo pronóstico, disminuyó pero no acabó con el carisma del personaje).

Si con el final de la sexta temporada y el principio de la séptima la serie tocaba techo en cuanto a dramatismo y a giro de guión con respecto a todo lo visto en la historia, esta escalada culmina en una caída estrepitosa con muchos huesos rotos y poca pinta de una recuperación sin secuelas. Muchos personajes poco carismáticos inventados (aunque no todos), subtramas que a nadie le importan y un persistente afán por alargar el chicle hasta el extremo desembocaron en que la serie volviera a los índices de audiencia que tenía durante la segunda temporada por el aburrimiento que acabó produciendo, cuando en el comic el enfrentamiento de Rick contra Negan no solo es unas de las historias más entretenidas, sino que va al grano sin enrollarse en constantes e interminables discursos y subtramas dignas de series de segunda. La gente quería ver una guerra, no discursos vacíos y escenitas de tiroteos sin tensión ni emoción. Queríamos violencia, crudeza, venganza y  volver a ver a Rick alzarse contra sus enemigos, y lo que vimos fue el arco más descafeinado y alargado de la serie con respecto al cómic.  (FIN DEL SPOILER)

 

Por último, quiero comentaros el futuro de la serie y el cómic, así como los rumbos que llevan o van a llevar próximamente. Respecto al cómic, los lectores podemos afirmar que se encuentra en buen estado de salud y que, aunque la trama actual se prevea complicada, aun nos quedan historietas de The Walking Dead para mucho tiempo, ya que Robert Kirkman (creador del cómic) sigue con ganas de escribir nuevas historias para el grupo de Rick. Sin embargo, no podemos decir lo mismo de la serie, que con su última temporada, como ya hemos comentado, está en sus índices de audiencia más bajos desde 2010.

En declaraciones tras la emisión de la primera mitad de la octava temporada, Chandler Riggs, quien interpreta a Carl Grimes (hijo de Rick) afirmó que a la serie le quedaban pocas temporadas, dato muy probable pero del que tampoco podemos fiarnos, ya que el actor no puede saber todos las decisiones de los productores. Actualmente tampoco sabemos el rumbo que tomará la serie en el futuro ni si seguirá distanciándose de los cómics (con todo lo malo que ello volverá a traer), pero lo que sí sabemos es que el peligro de finalizar pronto está más que presente, pudiendo suponer que la temporada 9 (que se cree se estrenará en octubre) será definitiva para saber si “The Walking Dead” continuará con nosotros varios años más o pasará a convertirse en un zombi entre las series, un producto que tuvo sus días de gloria pero que, incluso en la muerte, continúa resistiéndose a terminar su existencia.

Ángel Tomás Tomás.